Eliminar la humedad en el hogar puede ser un desafío considerable. Moho, infiltraciones, manchas en las paredes o techos, fachadas deterioradas, malos olores y objetos dañados son solo algunas de las molestias más comunes durante esta temporada. Estos problemas no solo afectan la estructura de la casa, sino que también pueden tener efectos negativos en la salud. En Grupo Torremar te ofrecemos una guía con recomendaciones para prevenir, controlar y reducir la humedad en el hogar.
Para abordar correctamente el problema, lo primero es identificar el tipo de humedad que afecta a la vivienda. En general, existen cuatro tipos principales:
- Humedad accidental
- Filtraciones de humedad
- Condensación
- Humedad capilar
Reconocer los daños causados por la humedad también es esencial. Entre ellos se incluyen la presencia de ácaros y hongos, manchas de moho, malos olores, deterioro en las superficies y problemas de salud relacionados con las vías respiratorias.
Consejos de expertos para eliminar la humedad
Aunque no existe una solución única para erradicar la humedad, algunos hábitos pueden ser clave para prevenir y controlar su aparición. Estos son algunos consejos útiles:
- Ventilar la casa diariamente durante al menos 30 minutos para permitir la circulación de aire fresco.
- Cerrar la puerta del baño mientras te duchas y encender el extractor o abrir la ventana para evitar la propagación del vapor.
- Colocar un deshumidificador en espacios poco ventilados, como armarios o baños.
- Utilizar bolsas de sílice o discos de cedro en los cajones para absorber la humedad y neutralizar los olores.
- Dejar las puertas del armario entreabiertas y asegurar que haya suficiente espacio entre las perchas.
- Aplicar barniz en muebles de madera para hacerlos impermeables y evitar la formación de moho.
Asimismo, el moho generado por la humedad puede causar reacciones alérgicas, como estornudos, rinitis y erupciones cutáneas. Para prevenir su aparición, asegúrate de mantener una adecuada ventilación, una temperatura interior entre 18ºC y 22ºC, y una humedad relativa entre el 40% y el 60%.
En invierno, especialmente cuando no se dispone de balcón o luz solar directa, secar la ropa puede ser más complicado. Para agilizar este proceso, es útil organizar bien los lavados, utilizar la función de centrifugado, y colocar las prendas estratégicamente, alternando entre telas ligeras y pesadas para una mejor circulación de aire.